¿ALGUIEN ME PRESTA UNAS ALAS?

Lánzate a volar y tendrás alas...



Las ganas de volar me han hecho crecer alas, y las alas ahora se me hacen extrañas, se me hacen una prolongación confusa que no se cuando debo batir para llegar a tiempo y cuando parar y partir en retirada. Y conste que tener alas no ha sido decisión mía, que las alas me salieron una noche de noviembre y nadie me pidió permiso para dicho implante lumbar.

Siempre he tenido esa extraña sensación, necesito comerme la vida a borbotones, como si cada día fuera el último, como si no pudiera esperar al día siguiente, eso me hace sentir viva, pero a la vez, esa necesidad vital me ata, me atrapa, me envuelve y no me deja ver las cosas con claridad.

Me siento extraña, tal vez deba darle vacaciones a mi loco corazón, y comenzar el nuevo año como si mañana comenzara de verdad una vida nueva, así, sin más paradas, mirando siempre hacia adelante como he hecho siempre. Pero hoy la verdad es que no me siento con muchas ganas.


Y no sé si es por el dichoso escafoides o porque se ha adelantado la primavera y tengo síntomas de un invierno perdido, claro que con este frío, va a ser que no es primavera...

Tal vez; lo que no tengo hoy son fuerzas para volar.

Tal vez; sea eso, que mis alas, no son mías, que son sólo prestadas...?

¿Alguien me presta unas alas?